NUEVA YORK – Al Horford había superado dos desgarres del músculo pectoral de su hombro derecho e izquierdo en un tramo de dos temporadas, y aunque fueron unas lesiones que acortaron el resto de sus campañas regulares en 2011-12 y 2013-14, respectivamente, el pívot dominicano nunca en su carrera de 10 temporadas había lidiado con una conmoción cerebral, cuando la misma le forzó perder nueve partidos consecutivos a principio del mes de noviembre.
El estelar de los Boston Celtics recibió un golpe inadvertido por parte de uno de sus compañeros durante un partido el pasado 29 de octubre contra los Charlotte Hornets. Tres días después, el puertoplateño se sintió mareado mientras participaba en una sesión de practicas.
Horford entonces fue sometido a varios exámenes que confirmaron la conmoción cerebral y que lo ausentó por tres semanas, retornando a la alineación de los Celtics el sábado pasado contra los Detroit Pistons tras pasar con éxito todas las normas del protocolo de la NBA establecido para dichas lesiones de la cabeza.
“Hay una serie de cosas que hay qué hacer. En verdad fue la primera vez que me pasó”, afirmó Horford el miércoles por la noche de cara al partido contra los Brooklyn Nets en el Barclays Center.
“Para mí fue un poco frustrante porque es el tipo de cosa que no es como un tobillo. No es una hinchazón de un pie o algo así, que tú puedes ver lo que está pasando en el cerebro. Entonces uno no se siente bien. Hay muchas cosas que ocurren y hasta que yo no me sentí bien al cien por ciento en términos de los síntomas que yo estaba presentando, yo no pude comenzar hacer actividades en la cancha”.
Boston inició el torneo con foja de 2-1 tras fichar al cuatro veces Todos Estrellas a un contrato de cuatro años, $113 millones el pasado mes de julio durante los primeros días del periodo de la agencia libre.
Horford utilizó su inesperado y prolongado periodo de recuperación para asimilarse a las matices de los esquemas de su nueva escuadra luego de disfrutar sus primeros nueve años con la organización de los Atlanta Hawks.
“Pude estudiar más los conceptos… ofensivos y cómo en realidad yo podría ayudar al equipo cuando regresará en la defensa aún más”, indicó el veterano de 30 años. “A veces uno aprende o ve más cuando uno no está jugado. Uno ve las cosas de lejos. Eso fue lo que yo pude identificar”.
Durante su ausencia y la del escolta Jae Crowder, que fue precipitada por un esguince en el tobillo izquierdo que sufrió en el primer partido que perdió el quisqueyano, dejándolo fuera por ocho partidos, los Celtics tuvieron récord de 4-5 y defensivamente lucían ensimismados, permitiendo 105.3 puntos por partido.
Desde que el dúo se reincorporó a las filas de los Celtics, el conjunto ha ganado sus últimos dos partidos y ha permitido una media de 92.5 puntos.
“Creo que nos da más estabilidad y nos hace mejor defensivamente cómo grupo porque somos jugadores que somos versátiles y que podemos defender posiciones diferentes”, aseveró Horford. “Toda mi carrera esa ha sido una de las cosas, que yo pudo defender posiciones múltiples y eso es lo que ha pasado”.
La presencia de Horford en el costado ofensivo ha sido de alta calidad, promediando 19 puntos (16 de 32 desde el campo), 8.5 rebotes, cinco asistencias, tres tiros bloqueados y 1.5 robos de balones.
“Yo creo que el equipo más que nada se ha energizado con el hecho que yo haya podido regresar y también Jae Crowder”, dijo. “Entonces nosotros tenemos un buen grupo pero es importante que todos estemos saludables y para poder ayudarnos mutuamente”.
La conmoción cerebral fue frustrante para Al Horford
