El recorrido de Marbella Golf and Country Club acoge este lunes y martes la tercera prueba de la sexta temporada del Gecko Tour. Más de sesenta jugadores lucharán por llevarse la victoria y suceder así en el palmarés al sueco Andreas Andersson, vencedor del primer torneo disputado en La Cañada, y Juan Martín Olivera, ganador el pasado viernes en el campo de Dama de Noche.
Una vez más, el Gecko reúne a una pléyade de buenos jugadores, algunos ya asentados y con triunfos importantes en su palmarés como el chileno Mark Tullo o los españoles Manuel Quirós o Gabriel Cañizares, y otros jóvenes con un futuro brillante por delante, como son los casos del francés Lance Salisbury, un jugador del que hablan maravillas en el país vecino y que se declara admirador de Olazábal, Jimmy Mullen, promesa del golf británico o el sueco Marcus Svensson.
No obstante, el gran protagonista en Marbella será Mike Browne, un golfista inglés de 38 años con una historia extraordinaria a sus espaldas. Empezó a jugar al golf hace tres años, justo después de que una terrible lesión le hiciera perder la pierna izquierda por debajo de la rodilla. La amputación le impidió continuar ejerciendo como militar al servicio del ejército británico de su majestad. Fue un varapalo durísimo del que tardó mucho tiempo en recuperarse. Precisamente, encontró un refugio ideal en el golf. Un nuevo sentido para su vida.
Browne se dedicó en cuerpo y alma al golf y en sólo tres años se ha hecho profesional, después de una brillante carrera como amateur, con participaciones en los equipos de Gran Bretaña que han disputado la Simpson Cup contra Estados Unidos. Juega con una prótesis y sus resultados son excelentes. Mi mejor vuelta de lejos fue un 65 que hice una vez en el Bowood Country Club de Wiltshire, asegura.
Browne ha decidido asentarse este invierno en la Costa del Sol y ha apostado por el Gecko Tour para seguir mejorando su golf. Sufrí una lesión grave el 17 de octubre de 2011. Los médicos intentaron salvar mi pierna, pero el 7 de mayo de 2013, tras muchas operaciones, tuvieron que amputar. Descubrí el golf en octubre de 2013, como parte de la rehabilitación, y ha cambiado mi vida. Antes del golf estuve sin salir de mi casa durante seis meses. Realmente, me sentía fatal y el golf me devolvió la vida. Es mucho más que un deporte o un juego, el golf me volvió a dar todo lo que había perdido. De repente, encontré un propósito, un nuevo sentido a la vida, se sincera.
Browne obtuvo su primer hándicap (28) en junio de 2014 y desde entonces su mejoría en el golf ha sido extraordinaria. Ahora, poco más de dos años después va a hacer su debut como profesional en el Gecko Tour. Casi no me puedo creer que vaya a jugar en Marbella mi primer torneo como profesional. He alquilado un apartamento en Mijas y mi objetivo es jugar aquí durante el invierno. A ver hasta dónde soy capaz de llegar. Me encanta la zona y tengo muy buenos amigos, señala.
Mike Browne puede jugar golf tras la milagrosa recuperación
