Ben Simmons fue el número 1 del draft del año pasado, pero una fractura en el pie derecho le ha impedido debutar en la NBA esta temporada.
Sin embargo, el jugador sobre el que los Sixers habían depositado muchas de sus esperanzas ha seguido evolucionando durante su baja.
Al menos físicamente. El australiano ha crecido cinco centímetros. Entró en el sorteo de novatos con 2,08 metros y ahora va ya por 2,13.
Con semejante tamaño, podría darse la circunstancia de que Simmons se convirtiera en el base más alto que jamás haya jugado en la NBA. 
El entrenador Brett Brown ya advirtió durante la temporada que, cuando el joven de 20 años regresara a las pistas, podría darle la dirección del equipo, dada su privilegiada visión de juego.
«Le he visto entrenar y es como un pequeño Magic Johnson», comentaba World B. Free, exjugador de los Sixers y ahora comentarista de sus partidos.
El caso de crecimiento de Simmons no es el primero que experimenta un jugador en su primera temporada en la NBA.
Kevin Durant, Kevin Garnett y Giannis Antetokounmpo, que aterrizaron en la Liga muy jóvenes, también dieron un sorprendente estirón que obligó a sus entrenadores a repensar su posición en la cancha.
Eso sí, ninguno de ellos llegó a jugar de base, aunque Jason Kidd sí se ha planteado darle el timón de los Bucks al jugador griego.
La baja por lesión hizo crecer a Ben Simmons
