Duck Hee-Lee tiene 18 años y es sordo de nacimiento. El surcoreano es la mayor promesa de su país en el mundo de la raqueta, siendo además el tenista más joven de la historia del Ránking ATP -actualmente ocupa el puesto 143-, después de conseguir su primer punto profesional en el ‘Future’ de Tsukuba cuando solo tenía 14 años.
Empezó a jugar al tenis a los 7 años, pero en lugar de sentir su sordera como una discapacidad, Lee la interpreta como una arma a su favor. «La gente describe la sordera como una discapacidad, pero a mí no me molesta: de hecho, la veo como mi mejor ventaja sobre los demás jugadores. El público, los oponentes… no hay nada que me distraiga durante los partidos y puedo concentrarme mucho más en mi juego», dijo Lee en Revista Elite Sport.
Según Lee, su sordera le permite mantener la concentración durante largos periodos de tiempo, lo que le ayuda a ser más consistente en los partidos. Palabra del único tenista con discapacidad auditiva que ha sido capaz de integrarse en la ATP. Los demás tenistas sordos no pueden superar los problemas de cálculo y equilibrio que suelen ir relacionados con las deficiencias auditivas, por lo que se han acabado organizando campeonatos para sordos. De hecho, el primer Mundial se disputó el año pasado en el Reino Unido.
El timing es uno de los componentes más importantes del tenis. La habilidad para conectar los golpes en el momento justo es crucial y depende del sonido.
Prácticamente todos los tenistas aprenden a calcular las distancias a partir del choque seco de la pelota contra la raqueta del contrario, un momento que les ayuda a juzgar la velocidad y la trayectoria de la pelota.
Sin embargo, Lee nunca ha oído el sonido de una pelota en una raqueta. «Soy sordo de nacimiento. Empecé a jugar a tenis solo, así que desarrollé mis propios métodos. Quizás no pueda oír la pelota, pero mi instinto me ayuda a predecir lo que va a ocurrir. Mi vista y mi percepción han sustituido mi oído. Puedo determinar cómo golpeará la pelota mi contrincante solo viéndolo, mirando cómo se prepara y la forma en la que pone el cuerpo», asegura el coreano.
Lo que no puede solventar es la comunicación con los jueces de pista, ya que no sabe cuando gritan «out». En muchas ocasiones sigue jugando cuando el partido ya está detenido. Con sus entrenadores no hay problema ya que domina el lenguaje de signos y sabe leer los labios. Es el tenista que compite en silencio.
Duck Hee-Lee, el tenista surcoreano al que la sordera no le impide triunfar
