La francesa Alizé Cornet estalló contra la organización del Open de Australia. “No somos robots, no somos fichas que pones a jugar en una pista”, denunció la tenista, que dio el susto al sufrir un golpe de calor durante el partido de tercera ronda del Open de Australia.
Perdió ante la belga Elise Mertens, 7-5 y 6-4, en un encuentro programado al mediodía, cuando la ola de calor que se ha cernido sobre Melbourne el jueves y viernes de esta primera semana de torneo crea estragos. Cornet llegó un momento que no soportó más el esfuerzo a 40º C de temperatura ambiente, con mayor sensación de calor en pista.
Los responsables del Open, sin embargo, no han aplicado en ningún momento la regla por calor extremo. Ellos remiten al baremo de temperatura, humedad y velocidad del aire, al guarismo resultante, para indicar que no se ha llegado al límite de tener que parar el juego en las pistas exteriores, las que no disponen de techo retractil, que tampoco se cerró en los tres estadios que disponen de esta facilidad tecnológica.
Cornet, sin embargo, concluyó el partido. Salieron a socorrerla la doctora y la trainer. Controlaron sus constantes vitales, la dotaron de más hielo para refrescarla, y a los pocos minutos de nuevo a jugar.
“Quizás haga falta que nos unamos los jugadores y provoquemos un boicot. Si no, es como si el Open estuviera esperando a que hubiera un drama de verdad para cambiar su política”, significó Cornet.
Rafa Nadal ya había avisado el miércoles que no había que poner en riesgo la salud de los tenistas. Él tuvo la fortuna de enfrentarse a Damir Dzumhur en sesión vespertina, sin tanto calor, pero avisó después, tras lo sucedido con Cornet, que “no es nada bonito ver a los jugadores sufrir de esta manera. Es demasiado y puede ser muy peligroso.
La temperatura sobre 40 grados en el Abierto de Australia amenaza la salud de tenistas
