Pese a sus problemas visuales abrazó el atletismo y se convirtió en campeón paralímpico y mundial
Los severos problemas visuales que padece Robert Jiménez no le impidieron ver que el deporte le conduciría por el camino del éxito.
Por su disciplina, pasión y fe en Dios en 1996 obtuvo la medalla de oro en la modalidad 200 metros planos de la categoría T-12 de invidentes en los Juegos Paralímpicos de Atlanta.
Jiménez, de 56 años, tiene en su vitrina nueve medallas en competencias internacionales, como Juegos Paralímpicos, Para Mundiales y Para Latinoamericanos.
La miopía que le redujo hasta un 50 por ciento de su visión tampoco le ha impedido convertirse en un exitoso entrenador de atletas sin discapacidades en el campo de la velocidad, en el que se ha convertido en un hacedor de campeones en las categorías infantil y juvenil.
La lista es larga y a manera de ejemplo cita a Ronald Severino, Raúl Jiménez y Robert García, monarcas nacionales juveniles en los 400 metros planos de los años 2003, 2005 y 2007, respectivamente.
En el pródigo año de 2007, Jiménez también hizo ocupar los lugares más altos del podio a Enmanuel Reynoso, campeón juvenil de los 800 metros, así como a Carlos Guzmán en la competencia reina, los 100 metros.
Su dossier tiene mucho que mostrar también en la rama femenina y en otras modalidades como el exigente heptatlón y la caminata, pero para nombrarlos a todos se necesitarían varios párrafos más.
Su trabajo como entrenador no se limita a lo meramente deportivo. Jiménez es un orientador, un difusor de buenos valores que ha impactado la vida de algunos de los adolescentes y jóvenes que sacó de las calles y posteriormente triunfador en la pista y en el campo del saber.
“Hay muchos que son profesionales. Para nosotros es una gran bendición el poder compartir con ellos en actividades cristianas que hacemos en el Centro Olímpico, reuniones de la familia, encuentros navideños y muchas cosas más”, destacó “Papa Robert”, como le llaman todos sus alumnos.
“Nos sentimos tan bien porque ellos no me llaman Robert el entrenador. Donde quiera que me ven me dicen “Papa Robert””, subrayó el hoy mayor pensionado de la Fuerza Aérea Dominicana, quien en 2023 se convirtió también en el primer deportista paralímpico en ingresar al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
“No conozco al primero que no me llame así y de verdad es que para mí resulta muy reconfortante esas muestras de respeto y cariño que me profesan”, manifestó, quien impuso una dinastía en las competencias de los Juegos Militares y nacionales.
Robert se inició en el atletismo en el Club Mauricio Báez, en el año 1978 de Gerardo Suero Correa, un ex atleta olímpico del hectómetro y ex presidente de la Federación Dominicana de Atletismo.
Él incursionó en el atletismo, compitiendo en las pruebas de 100 y 200 metros planos, lanzamiento de jabalina y salto alto en eventos convencionales, hasta pasar al paralimpismo por su deficiencia visual.
elogio
Eladio Agramonte, presidente del Comité Paralímpico Dominicano (COPADÓM), calificó de encomiable la labor que viene realizando Jiménez con atletas convencionales.
“Robert es una persona muy solidaria que siempre está dispuesta a servir. Tiene una gran disciplina, capacidad y amor al prójimo”, manifestó sobre el también fisioterapeuta.
“De verdad que conocerlo, el hecho de que fue parte de este Comité Paralímpico en sus inicios fue bastante importante para nosotros”, resaltó Agramonte, quien no se guardó elogios para el también medallista dorado del Mundial Paralímpico “Madrid ’98”, donde anexó bronce en jabalina. Tomado del Listín Diario.