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Por El Confidencial
La historia de Jordi Sabaté es la de un hombre que decidió plantarle cara a una enfermedad que, por definición, no ofrece tregua. Su testimonio, cargado de humor negro, franqueza absoluta y una lucidez que desarma, volvió a emocionar a miles de personas durante su conversación con Jordi Wild en The Wild Project. Allí recordó el instante exacto en el que algo en su cuerpo le avisó de que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.
Todo comenzó en pleno verano de 2014. Sabaté tenía 30 años, entrenaba a diario y se movía entre partidos de pádel, tenis y sesiones de gimnasio. Nada hacía presagiar que, en una zancada para correr por una bola, su pierna izquierda iba a enviarle una señal inesperada: una rigidez extraña, un tirón que no encajaba con sus habituales sobrecargas. “Pensé que era simple cansancio. Al día siguiente seguí igual, pero no quería darle importancia”, recordó durante la charla, siempre dispuesto a desmontar el drama con un comentario irónico.https://player.elconfidencial.com/embed/video/D-dCk7eAL4I/1280/720/0/
Durante meses encadenó diagnósticos erróneos: sobrecargas, lesiones musculares, estrés físico. Ninguno de los especialistas detectó que lo que estaba ocurriendo en su cuerpo era mucho más profundo. Mientras tanto, la molestia inicial se transformaba en pérdida de fuerza y torpeza en brazos y piernas. Aun así, continuó jugando, entrenando e intentando convencerse de que aquello pasaría con descanso. No sucedió.
Su deterioro físico coincidió con una etapa especialmente dura en lo personal: la ruptura con su pareja, el cierre de sus negocios y una incertidumbre que se alargó durante tres años. No saber qué tenía le resultó más devastador que el propio diagnóstico que llegaría después. “Fue un infierno. No conocía a nadie que pudiera explicarme qué me estaba pasando. Cada día era una pista más de que algo grave avanzaba dentro de mí”, confesó.
Cuando finalmente un neurólogo del Hospital Vall d’Hebron confirmó sus sospechas —esclerosis lateral amiotrófica (ELA)— Sabaté sintió algo que nadie espera en un momento así: alivio. Al menos ya podía poner nombre a aquello contra lo que llevaba años luchando sin entenderlo. Desde ese mismo instante decidió convertir su historia en una herramienta para visibilizar la enfermedad y defender los derechos de quienes la padecen. Con su comunicador ocular, su canal de YouTube y su presencia en redes, ha construido una comunidad que lo escucha, lo acompaña y aprende de su fortaleza.Marcos Apud, psicólogo: «Dormir con el estómago vacío es uno de los hábitos con mayor impacto en la calidad de vida»Marcos Apud, psicólogo: «Dormir con el estómago vacío es uno de los hábitos con mayor impacto en la calidad de vida»Ver más
Su relato sigue impactando por su franqueza. No esquiva temas incómodos, habla con naturalidad de sus pérdidas —la movilidad, la alimentación, la respiración autónoma— y también de sus conquistas: el amor, el humor que lo salva, la capacidad de adaptarse a cada etapa y la convicción de que la vida, incluso en circunstancias extremas, merece ser vivida. “Soy feliz por el simple hecho de estar vivo”, dijo en el podcast, con la tranquilidad de quien ha aprendido a valorar lo esencial.
Hoy, once años después de aquel partido de pádel, Jordi Sabaté sigue siendo una de las voces más influyentes en España sobre la ELA. Su testimonio no solo informa: también sacude, emociona y recuerda que incluso cuando el cuerpo se detiene, la dignidad, la risa y el amor pueden seguir avanzando.





