El tenista paralímpico Dani Caverzaschi, número 14 del mundo, ha pedido un protocolo internacional para las «compañías y aeropuertos» sobre el uso y trato de las sillas de ruedas, después de que un viaje reciente a Tel Aviv (Israel) le hayan roto su silla por segunda vez.
«Debemos tomarnos en serio las necesidades de las personas con discapacidad física, porque entre todos podemos crear un mundo mejor», confiesa Caverzaschi, que cuando viaja lo hace con la silla con la que se mueve en su día a día y otra de competición.
El madrileño pretende denunciar que algunas aerolíneas, como Tarom, no le dejan facturar su silla en una caja protectora a salvo de golpes al considerarla «equipaje, cuando por ley puedo llevar dos sillas sin límite de peso».
Lab3.11, la empresa italiana que diseña su silla desde hace un año, además de hacerla a medida, la diseñó de tal manera que se desmonta en tres piezas. En su reciente viaje a Tel Aviv, Caverzaschi tuvo que desmontarla en medio del aeropuerto y cuando llegó a Israel, el chasis estaba tocado.
Es la segunda vez que le ocurre, puesto que ya le rompieron la silla en 2014 en un vuelo a Londres. Aparte de no poder competir en condiciones, el coste de una silla de competición oscila entre 6.000 y 9.00 euros.
«Muchas compañías y aeropuertos aún no tienen los protocolos establecidos o los desconocen. Hay que crear un protocolo internacional de uso obligatorio tanto para aerolíneas como para aeropuertos. Cada responsable de área debe saber obligatorio dicho protocolo», confiesa Dani Caverzaschi.
El tenista paralímpico Caverzaschi pide un protocolo para las sillas de ruedas en los aviones
