La gimnasta británica Beth Tweddle, experta en los parales, sufrió un accidente que casi la deja paralítica, ya retirada de la competición.
Tweddle, triple campeona mundial y seis veces europea en ese aparato -también fue bronce olímpico en Londres 2012, se partió el cuello el pasado sábado mientras esquiaba en Austria ensayando para un reality show, The Jump (El salto) del canal británico Channel 4.
En este programa, celebridades intentan dominar varios deportes de invierno, como los saltos de trampolín, el skeleton o el patinaje de velocidad.
Tweddle, de 30 años, se estrelló contra una valla y se fracturó dos vértebras cervicales.
Evacuada rápidamente en helicóptero, fue operada y le insertaron un fragmento de hueso de su cadera para fijar las vértebras dañadas.
Channel 4 aseguró que todos los participantes «se someten a un programa riguroso de entrenamiento para prepararse para el show».
Entre los invitados también está la doble campeona olímpica de natación en Pekín 2008, Rebecca Adlington, que sufrió una lesión de hombro.
El pronóstico de Tweddle mejoró tras la intervención y sus padres han explicado que la exgimnasta ha podido dar sus primeros pasos ayudada por las enfermeras.
Víctimas mortalesEste no es el primer caso de un accidente de deportistas participantes en realitys.
El más grave afectó a la nadadora campeona olímpica de los 400 metros libres en Londres, la francesa Camille Muffat, que murió el pasado marzo junto con otras nueve personas en un accidente en el que colisionaron dos helicópteros mientras preparaban escenas para el programa Droppé (Abandonados), del canal TF1, cuya trama consiste en dejar a los participantes, todos deportistas de elite, en medio de la naturaleza para que se desenvuelvan por sus medios.
Tweddle saldrá de esta, pero un numero inusualmente elevado de gimnastas de primer nivel han sido víctimas mortales de accidentes al margen de su deporte. Los exsoviéticos se llevan la palma en esta trágica estadística y la mayoría se produjeron en siniestros de tráfico.
La primera fue la campeona mundial de rítmica Oksana Kostina, que falleció a los 21 años en 1993.
De la misma forma murieron el ucraniano Alexander Beresch, campeón de Europa en 2004, a los 26 años; la medalla de oro olímpica de rítmica en Sidney 2000 y Atenas 2004 con el conjunto ruso Natalia Lavrova, en 2010 a los 25 años; o el también ruso Yuri Ryazanov, que encontró la muerte a los 22 años en 2009, meses después de ganar el bronce del concurso general de los Mundiales.
Otros gimnastas acabaron sus días de la misma manera: el olímpico portorriqueño Diego Lizardi, a los 32 años; la estadounidense Hilary Grivich, componente del equipo campeón mundial de artística en 1991, que falleció con 19 años; o la subcampeona brasileña de rítmica en 2012 Eduarda Mello Queiroz, que contaba 17.
Sortearon el peligro en su deporte, pero el destino les fue adverso fuera de él.
Una reina de la gimnasia se fractura el cuello esquiando
