El piloto español Isidre Esteve pensaba que nunca volvería al rally más duro del mundo, el Dakar, pero se mostró contento y dio las gracias por ello a su nuevo cojín inteligente, que le permitirá estar en la salida.
«El cojín inteligente es la clave de este proyecto», dijo Esteve, que ha estado cinco años desarrollándolo, desde 2011, con el presidente de KH7, Josep María Lloreda.
La historia empezó en 2009 con las graves secuelas que sufrió derivadas del accidente. Llegaron las úlceras de piel. Pensaba que nunca volvería al Dakar. Conoció a Lloreda en 2011 y éste le prometió hacer el cojín.
«Es un hito para el deporte inclusivo», asegura.
Pero, ¿qué hace a este cojín tan especial? Tiene unos alveolos de aire con un sistema electrónico que regula la presión del aire por zonas. La base del cojín está distribuida en ocho zonas diferenciadas por colores y está dotado de electroválvulas y un software para personalizarlo a las necesidades de cada persona.
Estos alveolos generan un movimiento constante que favorece la irrigación sanguínea y trabaja la mínima presión para evitar las úlceras de piel que padecen las personas con lesiones medulares. El cojín se regula automáticamente para detectar la altitud en la que se encuentra, lo que viene bien para las etapas que discurrirán en el altiplano boliviano, entre 4.000 y 4.500 metros.
A correr los 9 mil kilómetros del Dakar sin movilidad, gracias a la ciencia
