Brayan Buelvas Durango no se dejó ‘ponchar’ por una enfermedad pulmonar que lo afectó en su niñez y mejoró su salud en medio de su pasión por la pelota. Es una de las figuras del Panamericano Sub-15.
Una enfermedad pulmonar casi pone ‘out’ al beisbolista monteriano Brayan Buelvas Durango, actual jardinero titular de la Selección Colombia que participa en el III Panamericano Sub 15 que se cumple en Cartagena y Turbaco con once países, al punto que el dictamen preliminar de su afectación era que no podía volver a la práctica deportiva a los 3 años cuando comenzó el deporte.
Una especie de bronconeumonía combinada con una alergia al polvo, hizo que Brayan le dijera adiós a la natación, el primer deporte que comenzó a practicar el jugador sabanero.
“El pediatra especialista en alergias que consultamos inicialmente nos pidió que lo sacáramos hasta del colegio porque los cambios de temperatura tenían un efecto perjudicial en él. Lo sacamos de la natación y ni pensar en béisbol que ya jugaba, un deporte por el que mostró inclinación desde los primeros años”, contó Diana Durango, su madre.
Hoy cada vez que Brayan Buelvas se roba una base, como las dos que estafó ante Honduras en la victoria del pasado domingo, recuerda cómo le ganó la carrera a la enfermedad que se interpuso en su meta de convertirse en pelotero pese al polvo que levanta en cada estirada a las bases.
“Hace mucho tiempo que no presento ninguna crisis respiratoria. Fueron muchos años yendo a consultas periódicas. Desde los 3 años hasta los 7. Mis padres temieron que debiera abandonar toda actividad física porque me agitaba y me ahogaba. Hoy puedo darle gracias a Dios que puedo jugar el deporte que me gusta sin problemas”, dijo Brayan mientras entraba al estadio 11 de Noviembre para el juego ante República Dominicana.
El destino le marcaba a Brayan Buelvas una vida forzada a una dura supervivencia pegada a un aparato respirador mecánico o a permanentes terapias que le ayudaran a una función básica para la vida como respirar, pero la fe, la perseverancia de su familia y el entusiasmo de un pequeño que no dejaba de mostrar las energías propias cuando le lanzaban una pelota, hoy lo tienen convertido en un gran prospecto para el béisbol profesional.
“Me llevaron hasta el quirófano para una operación, pero me mejoré y aquí estoy echando para adelante gracias a Dios y a mi familia”.
Su prodigioso bate le dio a Colombia la primera victoria el pasado viernes ante Puerto Rico cuando un batazo que bañó la jardinero central oponente para remolcar las tres carreras que le dieron el triunfo a Colombia.
El pasado domingo su gran corrido de bases le permitió ser una de las bujías colombianas para que volvieran a superar a los hondureños.
“Hoy estoy aquí con el uniforme de Colombia después que varios médicos le había dicho a mis padres que muy seguramente no volvería a jugar ningún deporte”, expresó el joven de 15 años.
La enfermedad que no enfermó el sueño del prospecto colombiano
