En los últimos siete meses tres jugadores de rugby menores de 21 años fallecieron en Francia y su muerte se le adjudica a la fuerza que utilizan en el deporte y el diario L’Equipe abrió la discusión sobre la practica de este deporte en aquel país.
Hace unos días, Nicolas Chauvin de 18 años, murió durante un partido, según los reportes murió luego de haberse partido el cuello al haber quedado enganchado entre dos rivales.
Otro de los decesos fue en agosto, el jugador de 21 años, Louis Fajfroski perdió la vida en el vestidor por un ataque al corazón, luego de recibir un golpe en el pecho que según los reportes alteró el ciclo cardiaco del jugador ocasionando que perdiera la vida.
El primer jugador de rugby que falleció en este año fue Adrien Descrulhes de 17 años luego de sufrir una conmoción cerebral mientras dormía en su cama, la cual se originó por una hemorragia tras un duro golpe en la cabeza.
Tras la muerte del tercer joven la ministra de deportes de Francia, Roxana Maracineanu, sostuvo una reunión con el presidente de la Federación Francesa de rugby, Bernard Laporte en la que la funcionaria anunció cambios para proteger a los jugadores. “Un tercer jugador joven ha muerte en un campo de rugby, el primero desde que me convertí en ministra de deportes, y eso es demasiado”, “Es hora de que el deporte adapte sus reglas para proteger a los jugadores más jóvenes de los riesgos”, declaró Maracineanu.
También la ministra declaró que esta situación esta afectando a los clubes debido a que en las categorías masculinas la asistencia cayó un 10%, es decir, los jóvenes están optando por otras disciplinas, lo que causa preocupación en la Federación Francesa de Rugby pues en 2023 serán sede del Mundial de Rugby.
La polémica se generó luego de una publicación del diario L’Equipe en la que fueron tajantes sobre el tema: “De ahora en adelante, lo sabemos. Y nadie puede pretender que todavía hay alguna duda. El rugby mata. Y mata porque con la profesionalización de un juego duro se ha convertido en un juego violento. El rugby mata porque creía que la preparación lo protegía todo, que los cuerpos de los jugadores podían resistir cualquier placaje, a menudo hechos por los defensores simultáneamente. El rugby mata porque no queríamos ver que pudiera matar”.
No obstante, la discusión se intensificó luego de que la liga francesa de rugby expulsará de su consejo médico al neurocirujano Jean Chazal, quien fue muy claro en una entrevista sobre la peligrosidad de rugby.
“El hombre que hoy juega al rugby es más pesado, corre más rápido. Como resultado, los choques son más fuertes. El índice de masa corporal es revelador. Cuando mides 1,80 m tienes que pesar 75 kg. Los rugby de este tamaño suelen pesar más de 100 kilos. ¡Son veinte libras de músculo extra! Es un motor muy grande, inflado, colocado en un chasis que no fue diseñado para soportarlo. Pero estos jugadores musculosos tienen los mimos huesos, las mismas articulaciones, los mismos tendones, las mismas vísceras, la misma casa torácica, el mismo cerebro, el mismo corazón”, explicó durante una entrevista para el sitio Le Dauphin a finales de junio.
El rugby en Francia atraviesa por una difícil situación, sin embargo, no es el único país que enfrenta este tipo de situaciones, pues en Estados Unidos se prohibió a cabecear el balón en categorías infantiles de futbol debido a que estudios médicos revelaron que podría dañarlos.