Justicia sudafricana dicta una orden de arresto contra Pistorius

Johannesburgo. La Justicia sudafricana dictó hoy una orden de arresto contra el atleta Oscar Pistorius, a quien el Tribunal Superior de Apelación declaró culpable del asesinato de su novia, la modelo Reeva Steenkamp, revocando la sentencia que lo había condenado por homicidio involuntario.
La orden ha sido dictada a petición de la Fiscalía, si bien ha preferido no ejecutarla de momento ya que en pocos días se celebrará una vista para determinar si el corredor deber ser arrestado o puede permanecer en libertad hasta que se dicte su nueva condena.
Según los medios locales, esta vista podría tener lugar el próximo martes. El corredor, que fue juzgado por matar a tiros a su novia en la madrugada del 14 de febrero del año pasado, estaba cumpliendo en arresto domiciliario la pena de cinco años por homicidio que ayer quedó anulada.
La ley sudafricana contempla para los delitos de asesinato una pena mínima de 15 años, aunque permite a los jueces considerar factores atenuantes o agravantes a la hora de dictar sentencia. Pistorius no conocerá la pena que le corresponde por el delito de asesinato hasta después de Navidad, cuando el Tribunal Superior de Pretoria que le juzgó en primera instancia decida la sentencia.
Oscar Pistorius salió el pasado 20 de octubre de prisión por buen comportamiento para seguir cumpliendo su condena en arresto domiciliario en la mansión de su tío Arnold en Pretoria. Pistorius, de 29 años, había pasado casi un año encarcelado en la sección hospitalaria del penal Kgosi Mampuru II de la capital sudafricana.
El atleta fue condenado en octubre del año pasado por un delito de homicidio, al aceptar la jueza Thokozile Masipa que disparó presa del pánico confundiendo a su pareja con un ladrón y considerar que no tenía intención de matar cuando abrió fuego cuatro veces a través de la puerta cerrada del baño de su casa. Pero el Tribunal Supremo aceptó ayer el recurso presentado por el fiscal y estableció que Pistorius sí previó que acabaría con la vida de la persona que se hallaba en el retrete, lo que equivale a una condena por asesinato.