Campeón de España de Rally TT en 2004 y 2006, campeón de Italia de Bajas en 2006 y 2009, y campeón de Europa de Bajas en 2008 (absoluto y en categoría A3) y 2009 (en categoría B2); la carrera del italiano Nicola Dutto estaba en auge y se estaba preparando para cumplir uno de sus sueños: correr la Baja 1000 Iron Man americana, una durísima prueba sin asistencia.
En un abrir y cerrar de ojos, todo cambió.
Era el 20 de marzo de 2010. Una fecha que, ocho años después, Dutto recuerda como “el día que le cambió la vida… a mejor”. La culpable fue una piedra escondida en la arena del río Tagliamento, por donde pasaba la especial de la Baja Italia, prueba del continental de bajas.
El piloto turinés se topó con ella cuando rodaba en** quinta marcha a más de 150 por hora**. Un accidente que le produjo una fractura en la séptima vértebra dorsal, lo que le dejó parapléjico y le obligó a moverse en una silla de ruedas, pero ni eso logró alejarle de la moto.
Aunque tras el accidente encontró en un buggy la salida para seguir compitiendo, poco a poco le fue volviendo la idea de regresar a la moto. Toparse con el norteamericano Doug Henry, piloto parapléjico de motocross, fue el detonante de un retorno que tampoco han impedido las trabas burocráticas: Dutto corre con licencia española ante la decisión de la Federazione Motociclistica Italiana de no expedir la licencia a pilotos en silla de ruedas.
A finales de 2011 se compró una moto. Nada menos que una Suzuki 450 RMX –la misma moto con la que había sufrido el accidente- y tras adaptarla a su nueva realidad con ayuda de un buen amigo, se preparó para volver a la carga en competición. La Baja Aragón 2012 marcó su punto de retorno y fue todo un éxito, acabando 24º tras la rotura de un fusible cuando luchaba por el top 15.
Allí contó con la inestimable ayuda del piloto español Julián Villarrubia, otrora rival y ahora ángel de la guarda. El piloto valenciano, que ha competido en el Dakar –fue asistencia del polaco Rafal Sonik en su triunfo en la categoría de quads en 2014 tras haber subido al podio un año atrás-, se ha convertido en el mejor aliado de Dutto, iniciando juntos un camino cuyo próximo objetivo hace ya tiempo que está totalmente definido: ser el primer piloto parapléjico en correr el Dakar en moto.
Lo que pudo ser la consumación del sueño de volver a competir en moto terminó siendo un nuevo comienzo: el punto de inicio de la reanudación de su trayectoria deportiva en las dos ruedas. Después de aquella Baja Aragón vendrían más experiencia, con 2015 como punto de inflexión: acabó cuarto en la general del Mundial de Bajas, tras lograr esa misma posición tanto en la Vezprem húngara como en la Baja TT de Idanha-a-Nova portuguesa. Ya no es que hubiera vuelto a correr: había vuelto a pelear por el podio a nivel internacional.
Sin embargo, el objetivo de poder competir en el Dakar le hizo virar el enfoque de su preparación hacia los rallies cross-country. En 2016 habló con el español Marc Coma, director deportivo de la prueba por aquel entonces, y el cinco veces ganador del llamado raid más duro del mundo le dijo que le faltaba experiencia en navegación.
Después de todo lo recorrido, eso sólo era un pequeño obstáculo, que Dutto no tardó demasiado en saltar: el año pasado hizo el Rally Merzouga, que completó saltándose una etapa; y el Rally de Marruecos, que logró terminar en su totalidad a lomos de su KTM adaptada. Vencido el desierto, tocaba enviar de nuevo la solicitud. Ya no había excusas.
El pasado 18 de julio llegaba la ansiada carta con el popular logo del touareg y firmada por el director del Dakar, Etienne Lavigne. “Tema: selección de motos y quads para el Dakar 2019”, anunciaba el encabezado. “Querido Nicola, en primer lugar y principalmente, queremos darle las gracias por inscribirse en la Edición 2019 del Dakar”, comienza el texto, que recuerda que, como cada año, han de cribar las solicitudes para decidir a qué pilotos aceptan.
El Dakar 2018 tendrá al primer piloto de moto parapléjico
